viernes, 29 de junio de 2012

¿Confiar? ¿Existe esa palabra?

No hay cosa que más me guste que llevarme ostias contra la pared, lo digo porque ya llevaré 50, quitando las que me choco yo sola por ir en mi mundo, sino a las que te dan las personas en las que confias y pondrias la mano en el fuego por ellas. Si realmente lo hubiese echo ahora mismo estaría convertida en cenizas. Realmente desde que empezado a escribir abre borrado unas 10 cosas, porque nose ni que decir, es como cuando tienes un nudo en la tripa que no te deja escribir, pues yo lo tengo pero impidiendome saber que siento en estos momentos. Son un conjunto de decepcion, engaño, mentira tras mentira, que te tomen como una mierda hasta tus propios padres ,ganas de desaparecer y aparecer en una isla desierta, asco, odio, tantas cosas que me hacen reventar. Estoy cansada de dar la cara por la gente que te importa y que ellos ni se molesten en defenderte, o dar simplemente un milimetro de la cara por tí. Me hace gracia ver como hablas de que yo flipo, no es normal, bla bla y que luego le defiendas y vengas de buenas..es realmente gracioso. Cada dia que pasa tengo más claro que la confianza da ASCO.

viernes, 15 de junio de 2012

Hay una linea muy fina entre lo infantil y la madurez, a veces me cuesta mucho colocar a la gente.

Quiero que el tiempo vuelva atrás, quiero volver a aquel tiempo. Cuando la vida era simple, cuando para mí no existían los problemas, cuando no teníamos rencores, cuando no sabíamos lo cruel que es el mundo, cuando la única herida que teníamos era la que nos habíamos hecho corriendo en el parque con nuestros amigos y el corazón lo teníamos sano, sin ninguna herida, porque no sabíamos nada de la vida y no nos importaba no saber… Pero me he dado cuenta de que he crecido, me he dado cuenta de cómo es la vida, me he llenado de noticias deprimentes, de problemas… Pero a lo mejor en eso consiste la vida, tal vez crecer consista en eso, en darte cuenta de cómo es la vida y luchar contra esa vida, para poder sobrevivir. Eso es, yo he madurado… ¡Ya no soy la niña que antes fui! Nuestro gran problema es ese: no querer crecer. Aunque no nos demos cuenta, nos da miedo madurar y darnos cuenta que no todo es como lo queremos. Así que ahora que ya no somos las niñas que antes éramos tan felices… Solo nos queda… ¡Soñar! ¡Gritar! ¡Saltar! ¡Luchar! ¡Amar! …¡VIVIR!